lunes, 2 de abril de 2012

Comentario Mapa unidades morfoestructurales. Básico para PAEG


UNIDADES MORFOESTRUCTURALES

Podemos distinguir en la Península tres grandes tipos de unidades morfoestructurales: las vinculadas al antiguo Macizo Hercínico Ibérico, las cordilleras alpinas y las depresiones terciarias.

El Macizo Hercínico Ibérico, emergido durante el Carbonífero, se localiza en la mitad occidental de la Península, donde distinguimos zonas elevadas como el Macizo Galaico-portugués, la zona occidental de la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central, los Montes de Toledo y Sierra Morena, que es un escarpe sobre la Depresión Bética; y penillanuras como la salmantina y la extremeña al oeste de las depresiones del Duero, Tajo y Guadiana. Su roquedo está compuesto por minerales de origen ígneo o metamórfico como el granito, cuarcitas o pizarras. Se trata de rocas de tipo silíceo, muy duras, que responden a las presiones fracturándose. Los relieves estructurales son predominantemente de tipo germánico, con horst, fosas y abundantes líneas de fallas, que organizan las diferentes sierras y los valles fluviales que las separan. En aquellos lugares que alternan materiales de distinta dureza surge un relieve apalachense que deja en resalte las rocas más duras, formando crestas. En el occidente de las zonas deprimidas de este macizo nos encontramos con unas antiguas penillanuras arrasadas desde el mesozoico. El modelado granítico, causado por la fragmentación en diaclasas, origina domos redondeados en las cumbres más bajas, berrocales, bolos y piedras caballeras. En las zonas de influencia glaciar, como las cumbres Cantábricas y del Sistema Central, se forman circos glaciares, con canchales y escarpadas paredes rematadas en cumbres de afiladas crestas. En las laderas se forman canchales y berrocales. Los cursos fluviales esculpen desfiladeros en la roca granítica, como los Arribes del Duero.

Las Cordilleras Alpinas, surgidas durante el Terciario, se localizan en la zona oriental de la Península. Son la zona oriental de la Cordillera Cantábrica, el Pirineo, la Cordillera Costero Catalana, el Sistema Ibérico y el Sistema Bético. Su origen está en los estratos mesozoicos plegados durante la orogénesis alpina del Terciario. Estructuralmente afloran restos de macizos antiguos en las cumbres de algunas de estas cordilleras como en el Pirineo Axil, el norte de la Cordillera Costero Catalana, algunas sierras del Sistema Ibérico, como el Moncayo, y el Sistema Penibético. Estos restos de antiguos macizos están formados por un roquedo de tipo silíceo. La mayor extensión de estas cordilleras corresponde a estratos carbonatados plegados con una estructura de tipo jurásico de anticlinales y sinclinales. En el Sistema Ibérico nos encontramos con una estructura de tipo sajónico o de cobertera, en la que los materiales plegados se adaptan a los fallados del margen oriental del macizo herciniano. El roquedo dominante es de tipo calizo, areniscas y margas. El modelado en el roquedo calizo es de tipo kárstico. Los cursos de agua forman cañones, dolinas, simas, grutas con estalactitas y estalagmitas y lapiaces en un paisaje muy característico. En las cumbres silíceas más elevadas y septentrionales nos encontramos con circos y crestas.

Las depresiones terciarias surgen tras la orogénesis alpina y están colmatadas por estratos horizontales o inclinados que la erosión ha ido depositando en ellas desde finales del Terciario y durante el Cuaternario. Entre estas depresiones podemos distinguir primero las originadas en la zona oriental del antiguo Macizo Ibérico, como consecuencia de la elevación del Sistema Ibérico. Son las depresiones del Duero o la llanura manchega de las depresiones del Tajo y del Guadiana. En segundo lugar las grandes depresiones asociadas a las cordilleras alpinas, como la Depresión del Ebro, asociada a los Pirineos, o la del Guadalquivir, asociada al Sistema Bético. La Depresión del Ebro es, en origen, un gran lago rodeado de sistemas montañosos que acabará abriéndose camino hacia el Mediterráneo. La Depresión del Guadalquivir es un golfo abierto al Atlántico que irá colmándose de sedimentos a lo largo del Cuaternario. En tercer lugar nos encontramos depresiones menores ligadas a los plegamientos de las cordilleras alpinas, como la Depresión Intrapirenaica en los Pirineos, la Depresión Prelitoral de la Cordillera Costero Catalana o la Depresión Intrabética y las hoyas de Guadix, Baza o Granada en el sistema Bético. En el sistema Ibérico nos encontramos con un largo sistema fallado en el que se encaja la depresión del Jalón y del Jiloca. La estructura de estas depresiones es de estratos horizontales o suavemente inclinados, puesto que nunca han sufrido ninguna orogénesis. El roquedo está compuesto por arcillas, yesos, margas, afloramientos de areniscas y calizas y otros materiales sedimentarios en sus márgenes. Son materiales poco resistentes que facilitan el modelado fluvial. Así, nos encontramos con relieves tabulares en el centro de las depresiones del Duero o del Ebro, como páramos, muelas o cerros testigo. En las zonas de mayor talud nos encontramos con barrancos y cárcavas, que forman badlands y en los márgenes de las depresiones glacis y piedemontes de suave pendiente. En las zonas de yesos se forma también un paisaje de tipo kárstico. En las zonas llanas los grandes ríos moderan su velocidad y forman meandros y galachos, acantilados en las muelas y páramos, terrazas y suaves campiñas.

En lo relativo a las costas nos encontramos con una costa recortada en el litoral atlántico gallego, consecuencia del hundimiento de la costa; un litoral rectilíneo, pero acantilado en el litoral cantábrico; un litoral de marismas y cordones de dunas en el atlántico andaluz; abrupto en el Mediterráneo andaluz y en la Costa Brava catalana; estrechas llanuras litorales y albuferas en el levante Mediterráneo y un delta detrítico en la desembocadura del Ebro.

Frases o chistes del día

Paulo Coelho

Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.