El espacio y la arquitectura en los griegos
La idea del
espacio para los griegos
Césari Brandi.
El topos: respecto por los caracteres del lugar en la urbanística griega. (Texto extraído de L. Patetta, p. 65)
Escalar la
pendiente de los Propileos, aunque sea en Zigzag, nos ilustra como, nos inculca
rápidamente algo que nadie debería olvidar al visitar las antigüedades griegas.
Fuese debido a su sentido terrenal o a cualquier otra cosa, en aquel lugar que
elegían para construir, y casi siempre elegían la roca, esta roca se convertía
en algo sagrado, algo que se debía tallar modificándolo lo menos posible. (…)
No era un amor por el paisaje (…) sino el respeto ‘tópico por el lugar’ de sus
facciones naturales. Nada es más augusto que aquellas columnas divinamente
dimensionadas y aquellos ritmos; a un trecho a un paso, la roca bruta, salvaje,
confusa, sobre cuyo zigzag montaba la rampa. Nunca fue recubierta ni nivelada.
(…)
Alois Riegl. El
espacio en la arquitectura griega. (Extraído de
L. PAtetta, p. 61)
…la misión principal de la
arquitectura había sido siempre la delimitación más que la formación del
espacio; pero la existencia del espacio como tal ya no se niega completamente.
Tampoco los griegos de la época clásica han tratado de crear espacios internos;
el único vano un poco amplio del interior del templo, la cella, se ha vuelto a
llevar al estado de patio egipcio, y la ventana – un medio tan usual hoy de
comunicación entre exterior e interior de un edificio- no aparece nunca en el
templo griego. (…)
Bruno Zevi
“Saber ver la arquitectura” p. 44. La
escala humana de los griegos
El templo
griego se caracteriza por un defecto muy importante y por una supremacía
indiscutible a través de toda la historia. El defecto consiste en la ignorancia
del espacio interno; la gloria en la escala humana. (…)
Quién
investigue arquitectónicamente el templo griego, buscando en primer lugar una
concepción espacial, tendrá que huir horrorizado, señalándolo amenazadoramente
como típico ejemplar de no arquitectura. Pero quien se acerque al Partenón y lo
contemple como una gran escultura, quedará admirado como frente a pocas obras
del genio humano. (…)
Los elementos
que constituyen el templo griego, con: plataforma levantada sobre el suelo, una
serie de palos de bolos apoyados sobre ella y un arquitrabe contin
uo que sostiene
el techo. También hay, es cierto, una cela, (…) un espacio interno; pero este
espacio no fue nunca pensado creadoramente, porque no respondía a funciones e
intereses sociales: mas bien era un espacio sencilla y literalmente cerrado, y
el espacio interior así encerrado es, justamente, característico de la
escultura. El templo griego no estaba concebido como la casa de los fieles,
sino como la morada impenetrable de los dioses…
La historia de la arquitectura de las acrópolis es
esencialmente urbanística; triunfa por la humanidad de sus proporciones y de su
escala, por las insuperadas joyas de gracia escultórica...
Norberg Shulz.
"La arquitectura griega" en la "Arquitectura de Occidente" p. 23.
El espacio
exterior griego, (…), no está constituido por relaciones fácilmente
reconocibles. Dado que también son raros los espacios interiores monumentales,
algunos críticos han llegado a la absurda conclusión de que las construcciones
griegas son ‘no arquitecturas’ y que deben ser consideradas sobre todo como
‘grandes esculturas’. Semejante interpretación es muy poco satisfactoria, y
probablemente depende de la carencia de conceptos espaciales. (…)
(…) El templo
debe ser comprendido en relación con la totalidad de la situación en que fue
creado. Es decir, debe ser relacionado con su localización y con el ‘objeto’ a
que debía servir.
Bruno Zevi
sobre el concepto de arquitectura
En el capítulo
II, titulado “El espacio, protagonista de la arquitectura”, el autor plantea el
carácter primordial de la arquitectura: “…el carácter por el cual se distingue
de las demás actividades artísticas, reside en su actuar por medio de un
vocabulario tridimensional que involucra al hombre” p. 13. “La arquitectura,
por el contrario, es como una gran escultura excavada, en cuyo interior el
hombre penetra y camina” Ibid.
“El espacio
interno, aquel espacio que, (…) no puede ser representa
do
completamente en ninguna forma, ni aprehendido ni vivido, sino por la
experiencia directa, es el protagonista del hecho arquitectónico. Tomar
posesión del espacio, saberlo ver, constituye la llave de ingreso la
comprensión de los edificios. No nos será concedida, sino vagamente, una
historia y, por ende, un goce de l arquitectura, en tanto no hayamos aprendido
a comprender el espacio y –lo que es más importante- a aplicarlo como elemento
substancial en la crítica arquitectónica” Ibid, p. 14
“En todo
edificio, lo que contiene, es la caja de muros, lo contenido es el esp
acio interno.”
Ibid, p 15
“¿Qué es la
arquitectura? (…) Decir, como se suele, que la arquitectura es la edilicia
‘bella’ y la no arquitectura es la edilicia ‘fea’, no tiene ningún sentido
aclaratorio, porque la belleza y la fealdad son relativas y porque, de
cualquier modo, sería necesario anteponer una definición analítica de la
edilicia, lo que nos llevaría al punto de partida.
La definición
más precisa que se puede dar hoy de la arquitectura es aquella que tiene en
cuenta el espacio interior. La arquitectura bella, será la arquitectura que
tiene un espacio interno que nos atrae, nos eleva, nos subyuga espiritualmente;
la arquitectura ‘fea’, será aquella que tiene un espacio interno que nos
molesta y nos repele. Pero lo importante es establecer que todo aquello que no
tenga espacio interno, no es arquitectura” Ibid. P. 19
“La historia de
la arquitectura es, ante todo, la historia de las concepciones espaciales (…)
…el espacio,
‘vacío’, sea el protagonista de la arquitectura, resulta, en el fondo, muy natural:
ya que la arquitectura no es tan sólo arte, ni sólo imagen de vida histórica o
de vida vivida por nosotros o por los demás; es también, y en primer lugar, el
ambiente, la escena en la cual se desarrolla nuestra vida.” Ibid. P. 23
Sintetizando de la mano de Leonardo Benévolo
Los griegos
evitan, en resumidas cuentas tratar una porción demasiado grande de espacio o
un número demasiado grande de elementos del mismo modo que un organismo
cerrado, contrapuesto al ambiente circunstante, y prefieren considerar al
acrópolis o al recinto como una sección
del paisaje
infinito, dentro del cual los edificios son libremente colocados, teniendo en
cuenta todas las preexitencias de orden natural y artificial. Por lo tanto, los
complejos edilicios no sólo no excluyen, sino que piden al espectáculo de la
naturaleza y del escenario urbano circunstante.
Los
constructores del Acrópolis de Atenas o del recinto de Olimpia no se esfuerzan
por extender las características de los edificios al ambiente circunstante,
sino más bien de acoger las sugerencias del lugar en los edificios mismos,
poniéndolos con armonía con todo el paisaje y resolviendo cada conjunto parcial
en el conjunto general, paisajista.
Leonardo
Benévolo. “Introducción a la arquitectura” p 24-25.
Algunas ideas para entender al arte griego….
El hombre aprende imitando a la naturaleza y a sus semejantes. Demócrito
plantea que el hombre toma como modelo al animal. Esa imitación es la mimesis.
El arte es técnica que lleva al artesano a la perfección. Lo que el hombre
hace no tiene origen en su mundo interno, sino en el externo, por eso se habla
de mimesis. Sófocles en el Coro de su Antífona:
“Portentos, muchos hay; pero nada es
Más portentoso que el hombre.
El hombre
Descubrió las
leyes dentro de la ciudad,
Construyéndose
una defensa contra la lluvia y el invierno
De modo que
aprendió
El uso del
lenguaje
Y el movimiento
veloz del pensamiento.”
La arquitectura
humana es lenguaje, es pensamiento, es desnaturalización. Las matemáticas son
un instrumento para contar, algo propio de la experiencia sensible; pero en los
griegos se convierte en un sistema lógico. Nace la geometría.
Lo perfecto
tiene un orden (taxis) y la simetría (simetría). El concepto fundamental era el
de orden, existe una vinculación entre el cosmos del universo, el cosmos de la
sociedad humana y el cosmos del hombre. Pitágoras habla de tres esferas
concéntricas: el mundo natural, el mundo humano y el mundo divino.
“La arquitectura
es Cosmos, es decir, parte del sistema de analogías que regulan el mundo.
Tarea(…) del arquitecto, es hacer de modo que la obra guarde correspondencia
con estas leyes que no pertenecen a la evidencia, sino a la taxis (orden), a
ese orden que a su vez contiene formas geométrico-matemáticas.” Masiero
Roberto, “Estética de la arquitectura” p 39
“Los conceptos
fundamentales para entender la arquitectura griega y su estética son los
siguientes: canon (kanón), medida (métron), orden (téxis), simetría (simetría),
euritmia (eurytmia). Estos conceptos a su vez entenderse dentro de una
dimensión más amplia representada por la mimesis, por la relación entre hacer y
técnica, y por esa categoría fundamental que es la analogía.
El canon era la
pequeña cuerda con la que se tomaban las medidas para las construcciones
arquitectónicas. (…)
El canon
expresa para el hombre griego lo que es esencial y característico. Este aspira
a la perfección, a lo proporcionado, a lo armónico, a lo ideal. (…)
Kanón es para
los antiguos griegos sinónimo de métron, unidad de medida, unidad que se
encontraba en los fundamentos del sistema ideativo-constructivo ya de manera
empírica, puesto que en un principio estaba representada por el ‘pie’ o por el
‘codo’ para pasar a estarlo después en forma numérica.”
La Mimesis en
Platón y Aristóteles.
Este concepto adquiere en la antigüedad múltiples
aspectos, es la mera actividad de reproducción o copia, ligada a la mentira de
la apariencia; también se refiere como ya mencionamos a los modos de
conocimiento pues permite la relación entre el sujeto cognoscente y el ente
conocido; implica actuar; y es una visión cosmológica en la relación
hombre-naturaleza, hombre-cosmos, hombre- dios. Platón reviste a la mimesis de
un aspecto peyorativo porque la considera una copia, un acto engañoso.
Aristóteles por su parte, plantea en la Poética que: “La imitación es
‘connatural al hombre, y se manifiesta ello desde su misma infancia’ y ‘difiere
de los animales en que es muy apto para la imitación, y es por medio de ella
como adquiere sus primeros conocimientos.” Masiero, Roberto, OB/cit. P 44
La sección áurea.
Pitágoras viajó
desde muy joven a Egipto donde aprendió las leyes del canon. Afirmaba que el
alma es inmortal, que el cosmos tiene un orden, y que todo tiene un número.
Tales afirmaciones las obtiene de la observación astronómica, del estudio de la
cristalografía pero sobre todo de la reflexión entre las notas y la longitud de
las cuerdas de los instrumentos musicales. Si todo es número, debe existir un
número entre los números, una relación que determine el orden más allá de las
apariencias. Tal relación y tal número son los conocidos como relación áurea, o
número de oro, sección áurea, divina proporción.
Todo lo que contenga la relación áurea nos conducirá a
la belleza, de lo contrario nos encontraremos con lo feo, lo inadecuado, lo
contranatural, lo híbrido. Nace de las observaciones de la naturaleza y del
estudio del pentágono estrellado, símbolo de la secta de los pitagóricos.