Características y Evolución de la escultura romana.
Un repaso para prácticas del tema 56 de oposición al cuerpo de profesores de Geogrfía e Historia.
Características generales:
- La escultura romana recogió la doble influencia del arte etrusco y del griego de época helenística, que los romanos asimilaron con avidez y adecuaron a sus necesidades para crear un arte original y ecléctico.
- La austeridad y el sentido práctico típicos del espíritu romano les hizo preocuparse por los aspectos utilitarios y funcionales de la escultura más que por la belleza.
- Los materiales más utilizados fueron el mármol y el bronce.
- Los romanos cultivaron preferentemente el retrato. Podían ser estatuas de cuerpo entero (de pie, sedentes, ecuestres) o sólo bustos. El retrato estaba policromado.
- Otra gran aportación artística de Roma fue el relieve histórico narrativo, nacido de la fusión de la tradición latina con el naturalismo helenístico. Los relieves decoraban edificios (arcos de triunfo, columnas conmemorativas, sarcófagos) narrando los hechos bélicos y civiles importantes de la historia de Roma con una finalidad docente.
- La escultura, además de adornar las casas y lugares públicos, era un instrumento al servicio de la política, de propaganda para mostrar el poder de Roma y el prestigio de los emperadores y clase nobiliaria.
- Los artistas eran generalmente griegos, emigrados a Italia tras la conquista de Grecia por Roma a fines del siglo III a.C. y de gran destreza técnica, ya que la práctica de las artes era considerada indigna para un ciudadano romano. También entonces llegaron muchas obras de arte griegas, producto del saqueo o la compra, para adornar las casas romanas. Se despertó la pasión por el coleccionismo privado y se encargaron copias de las esculturas más famosas, especialmente de tema mitológico. Muchos de estos originales se perdieron y hoy conocemos la escultura griega clásica a través de las copias romanas.
- La austeridad y el sentido práctico típicos del espíritu romano les hizo preocuparse por los aspectos utilitarios y funcionales de la escultura más que por la belleza.
- Los materiales más utilizados fueron el mármol y el bronce.
- Los romanos cultivaron preferentemente el retrato. Podían ser estatuas de cuerpo entero (de pie, sedentes, ecuestres) o sólo bustos. El retrato estaba policromado.
- Otra gran aportación artística de Roma fue el relieve histórico narrativo, nacido de la fusión de la tradición latina con el naturalismo helenístico. Los relieves decoraban edificios (arcos de triunfo, columnas conmemorativas, sarcófagos) narrando los hechos bélicos y civiles importantes de la historia de Roma con una finalidad docente.
- La escultura, además de adornar las casas y lugares públicos, era un instrumento al servicio de la política, de propaganda para mostrar el poder de Roma y el prestigio de los emperadores y clase nobiliaria.
- Los artistas eran generalmente griegos, emigrados a Italia tras la conquista de Grecia por Roma a fines del siglo III a.C. y de gran destreza técnica, ya que la práctica de las artes era considerada indigna para un ciudadano romano. También entonces llegaron muchas obras de arte griegas, producto del saqueo o la compra, para adornar las casas romanas. Se despertó la pasión por el coleccionismo privado y se encargaron copias de las esculturas más famosas, especialmente de tema mitológico. Muchos de estos originales se perdieron y hoy conocemos la escultura griega clásica a través de las copias romanas.
Evolución y periodos
La escultura romana fue evolucionando a lo largo del tiempo, coexistiendo dos corrientes estéticas paralelas: una popular y realista y otra aristocrática e idealista. Predominan una u otra según los diversos momentos históricos. La evolución del retrato se puede estudiar por la forma de los ojos, la barba y el cabello.
Hay dos periodos fundamentales en la escultura romana: la Época Republicana y la Época Imperial.
. Época Republicana (509 a.C- 27 a.C):
A diferencia de la idealizada escultura griega, el retrato romano trataba de reflejar con fidelidad los rasgos individuales del retratado, sin omitir los defectos, de ahí que fuera de un penetrante realismo. El origen de los retratos se relaciona con la tradición etrusca de hacer máscaras funerarias en cera de los antepasados que eran portadas en las procesiones del entierro y se guardaban en el hogar. Al principio sólo los patricios romanos que habían ejercido cargos públicos tenían derecho a retratos (ius imaginum). El retrato republicano acusa el carácter del retratado así como su rango social. Junto a retratos de cuerpo entero, de pie o sedentes, hay bustos sólo de la cabeza y cuello. Los hombres carecen de barba y llevan el pelo corto.
De esta época son el Grupo Barberini, un patricio portando dos cabezas esculpidas de sus antepasados de acusado realismo, los bustos de Catón y Porcia, retrato doble de un matrimonio y la cabeza de Pompeyo el Grande, del siglo I a.C, retrato de gran dominio técnico y fidelidad psicológica del personaje, general muy respetado por sus virtudes.
Buen ejemplo de relieve republicano es el friso del altar de Domicio Enobarbo, de fines del siglo II a.C, con una ceremonia ritual de sacrificio.
A diferencia de la idealizada escultura griega, el retrato romano trataba de reflejar con fidelidad los rasgos individuales del retratado, sin omitir los defectos, de ahí que fuera de un penetrante realismo. El origen de los retratos se relaciona con la tradición etrusca de hacer máscaras funerarias en cera de los antepasados que eran portadas en las procesiones del entierro y se guardaban en el hogar. Al principio sólo los patricios romanos que habían ejercido cargos públicos tenían derecho a retratos (ius imaginum). El retrato republicano acusa el carácter del retratado así como su rango social. Junto a retratos de cuerpo entero, de pie o sedentes, hay bustos sólo de la cabeza y cuello. Los hombres carecen de barba y llevan el pelo corto.
De esta época son el Grupo Barberini, un patricio portando dos cabezas esculpidas de sus antepasados de acusado realismo, los bustos de Catón y Porcia, retrato doble de un matrimonio y la cabeza de Pompeyo el Grande, del siglo I a.C, retrato de gran dominio técnico y fidelidad psicológica del personaje, general muy respetado por sus virtudes.
Buen ejemplo de relieve republicano es el friso del altar de Domicio Enobarbo, de fines del siglo II a.C, con una ceremonia ritual de sacrificio.
Época Imperial (27 a.C- 476):
Durante la época de Augusto se abre paso el idealismo griego y los refinamientos helenísticos en la escultura romana, aunque el pueblo no llegó a entender esta elegante y aristocrática corriente. El arte se hará oficial y político, siendo el emperador la figura más retratada. Los retratos más conocidos son el Augusto de Prima Porta, un retrato thoracato - como mando militar con coraza- de rasgos idealizados en una postura inspirada en el Doríforo de Policleto y el Augusto Pontífex Maximus que luce toga y manto sobre la cabeza. Los retratos femeninos tienen el pelo recogido en un moño con raya en medio (retrato de Livia).
En cuanto al relieve histórico destacan los del Ara Pacis o altar de la paz, un conjunto hípetro realizado en mármol, con un altar y una construcción rectangular que lo rodea. El muro exterior tiene dos frisos: en el basamento una decoración vegetal muy clásica y encima relieves narrativos con escenas del cortejo procesional de Augusto y su familia, cuyos rostros y actitudes son verdaderos retratos.
Bajo los emperadores Julio-Claudios (14- 68) continuó la corriente idealista. Destaca el retrato apoteósico de Claudio, en que el emperador aparece divinizado, con el torso desnudo y corona de laurel.
En la época Flavia (68-98) el retrato se inclina por la tradición realista, mostrando interés por los juegos de luz y sombra, el movimiento y los detalles. El busto se alarga a hombros y pecho como en los de Vespasiano y Tito. El Retrato de una dama, de elegantes y delicados rasgos, luce un alto aparatoso peinado de nido de avispa.
El relieve de estilo ilusionista, mostrando un espacio continuo, con estudio de la perspectiva y del movimiento, alcanzó gran difusión en estos momentos. Los mejores relieves históricos son los del Arco de Tito con el desfile triunfal del emperador y su ejército entrando en Roma tras el saqueo del templo de Jerusalén en el año 70.
Al emperador Trajano (98-117) se debe un ejemplo magnífico de relieve histórico: la Columna Trajana (113) El relieve continuo recorre en helicoidal el fuste; es histórico y narrativo ya que relata las campañas del emperador contra los Dacios. Las figuras están llenas de movimiento. Es un bajorrelieve pictórico, con un fondo de arquitecturas y paisaje con gran sensación de profundidad. Refleja el poder imperial.
En tiempos de Adriano (117- 138) retorna la corriente clasicista en el retrato como en los famosos retratos idealizados de Antinoo, su favorito. El busto de Adriano, más realista, presenta dos innovaciones: la aparición de la barba y los ojos tallados a trépano con pupilas e iris, lo que aumenta la expresividad. El busto llega por debajo del pecho.
En cuanto al relieve se generalizó el uso de los sarcófagos con relieves en el frente y los laterales, por ir adosados al muro de temas mitológicos, escenas de batallas y cacerías o estrigilados.
Con los Antoninos (138-192) el retrato presenta mayor barroquismo. Los bustos comprenden hasta el vientre y los brazos. Lo mejor es la estatua ecuestre del emperador Marco Aurelio, la única bien conservada, realizada en bronce y situada en la plaza del Capitolio de Roma. El emperador aparece con barba y una rizada cabellera y el caballo está soberbiamente modelado. Destacan los relieves históricos de la columna de Marco Aurelio, similar a la de Trajano. Los relieves de la columna de Antonino Pío presentan la apoteosis de Antonino y su esposa.
Bajo los Severos (192-235) los retratos acusan una mayor tendencia al realismo y la barba se alarga, como vemos en el busto de Caracalla, de gran profundidad psicológica, con pelo y barba muy rizados para conseguir mayor colorismo.
En la etapa de anarquía militar (235-285) los retratos continúan el realismo acusado y se hacen relieves de gran barroquismo como el Sarcófago Ludovisi, con escenas de luchas contra los bárbaros.
Durante la época de Augusto se abre paso el idealismo griego y los refinamientos helenísticos en la escultura romana, aunque el pueblo no llegó a entender esta elegante y aristocrática corriente. El arte se hará oficial y político, siendo el emperador la figura más retratada. Los retratos más conocidos son el Augusto de Prima Porta, un retrato thoracato - como mando militar con coraza- de rasgos idealizados en una postura inspirada en el Doríforo de Policleto y el Augusto Pontífex Maximus que luce toga y manto sobre la cabeza. Los retratos femeninos tienen el pelo recogido en un moño con raya en medio (retrato de Livia).
En cuanto al relieve histórico destacan los del Ara Pacis o altar de la paz, un conjunto hípetro realizado en mármol, con un altar y una construcción rectangular que lo rodea. El muro exterior tiene dos frisos: en el basamento una decoración vegetal muy clásica y encima relieves narrativos con escenas del cortejo procesional de Augusto y su familia, cuyos rostros y actitudes son verdaderos retratos.
Bajo los emperadores Julio-Claudios (14- 68) continuó la corriente idealista. Destaca el retrato apoteósico de Claudio, en que el emperador aparece divinizado, con el torso desnudo y corona de laurel.
En la época Flavia (68-98) el retrato se inclina por la tradición realista, mostrando interés por los juegos de luz y sombra, el movimiento y los detalles. El busto se alarga a hombros y pecho como en los de Vespasiano y Tito. El Retrato de una dama, de elegantes y delicados rasgos, luce un alto aparatoso peinado de nido de avispa.
El relieve de estilo ilusionista, mostrando un espacio continuo, con estudio de la perspectiva y del movimiento, alcanzó gran difusión en estos momentos. Los mejores relieves históricos son los del Arco de Tito con el desfile triunfal del emperador y su ejército entrando en Roma tras el saqueo del templo de Jerusalén en el año 70.
Al emperador Trajano (98-117) se debe un ejemplo magnífico de relieve histórico: la Columna Trajana (113) El relieve continuo recorre en helicoidal el fuste; es histórico y narrativo ya que relata las campañas del emperador contra los Dacios. Las figuras están llenas de movimiento. Es un bajorrelieve pictórico, con un fondo de arquitecturas y paisaje con gran sensación de profundidad. Refleja el poder imperial.
En tiempos de Adriano (117- 138) retorna la corriente clasicista en el retrato como en los famosos retratos idealizados de Antinoo, su favorito. El busto de Adriano, más realista, presenta dos innovaciones: la aparición de la barba y los ojos tallados a trépano con pupilas e iris, lo que aumenta la expresividad. El busto llega por debajo del pecho.
En cuanto al relieve se generalizó el uso de los sarcófagos con relieves en el frente y los laterales, por ir adosados al muro de temas mitológicos, escenas de batallas y cacerías o estrigilados.
Con los Antoninos (138-192) el retrato presenta mayor barroquismo. Los bustos comprenden hasta el vientre y los brazos. Lo mejor es la estatua ecuestre del emperador Marco Aurelio, la única bien conservada, realizada en bronce y situada en la plaza del Capitolio de Roma. El emperador aparece con barba y una rizada cabellera y el caballo está soberbiamente modelado. Destacan los relieves históricos de la columna de Marco Aurelio, similar a la de Trajano. Los relieves de la columna de Antonino Pío presentan la apoteosis de Antonino y su esposa.
Bajo los Severos (192-235) los retratos acusan una mayor tendencia al realismo y la barba se alarga, como vemos en el busto de Caracalla, de gran profundidad psicológica, con pelo y barba muy rizados para conseguir mayor colorismo.
En la etapa de anarquía militar (235-285) los retratos continúan el realismo acusado y se hacen relieves de gran barroquismo como el Sarcófago Ludovisi, con escenas de luchas contra los bárbaros.
En el Bajo Imperio, a partir del siglo IV, la escultura decae a causa de la crisis general que vive el Imperio. La técnica retrocede y desaparece la belleza y la tradición clásica. El arte se hace más convencional, antinatural, expresivo y espiritual. Los retratos tienden a la esquematización y simplificación de formas, rompiendo el canon de proporciones como en Los Tetrarcas, de San Marcos de Venecia. Las figuras, sin barba, tienen enormes ojos como el retrato colosal del emperador Constantino. Al mismo tiempo los relieves se deshumanizan. El arco de Constantino tiene buenos relieves laterales, si bien la mayoría de ellos proceden del monumento a Trajano en Benevento