La Antártida Occidental registra un rápido calentamiento
El aumento de las temperaturas es de 2,4
grados centígrados, desde 1958, lo que casi el triple que la media del
globo
La
Antártida viene dando muchos problemas a los científicos del clima a la hora de
determinar el efecto allí del calentamiento global y cómo evolucionará en el
futuro. Pero, poco a poco se van acumulando estudios y datos que muestran que
también en el continente blanco están aumentando las temperaturas medias y, en
algunas zonas, muy rápidamente. En concreto, en la región occidental del
continente blanco se ha registrado un incremento de 2,4 grados centígrados
desde 1958 hasta ahora, lo que significa casi el doble de lo que se había
estimado para la zona y el triple de la media del planeta, según una nueva
investigación que ha logrado reconstruir la evolución de la temperatura del
aire en la región del último medio siglo. El máximo de se produjo en el verano
austral de 2005.
“Nuestro registro sugiere que el calentamiento estival continuado
en Antártida Occidental puede alterar el equilibro de la masa superficial de la
capa de hielo, de manera que la región podría contribuir aún más que ahora a la
subida del nivel del mar”, explica David Bromwich, científico de la Universidad de Ohio (EE UU), líder de la nueva
investigación, que se presenta en la revista Nature
Geoscience. Su colega Andrew Nomaghan, del Centro
Nacional de Investigación de la Atmósfera(NCAR), también estadounidense,
recalca que estos datos sitúan la región entre las de más rápido calentamiento
de la Tierra, señala un comunicado de la Universidad de Ohio.
Bromwich
y sus colegas han investigado la región occidental, frente al mar de Amundsen,
basándose en los datos meteorológicos tomados en la base Byrd, situada a unos
1.100 kilómetros del polo Sur.
Se sabía ya que la península Antártica, apodada el
caribe del continente blanco, es una zona de rápido calentamiento,
con un incremento de la temperatura superior a 2,5 grados en el último medio
siglo, según datos del IPCC (Panel Intergubernamental de
Cambio Climático). Sin embargo, las cosas no están tan claras en
otras zonas. El problema es que la compleja circulación oceánica que rodea la
Antártida dificulta mucho la investigación y la modelización del cambio
climático allí, hasta el punto de que es la región del planeta sobre la cual
los científicos tienen más incertidumbres. Pero los estudios están avanzando a
buen ritmo y se han obtenido resultados importantes en los últimos años, de
manera que una buena parte del próximo informe del IPCC, el AR5, se dedica al
continente blanco, reduciéndose notablemente las incertidumbres.
os
registros meteorológicos en la base Byrd comenzaron en 1958, con el año
Geofísico Internacional. El problema es que las medidas no han sido continuas
desde entonces, ya que la base no ha sido siempre permanente (ocupación en
invierno y verano) y los equipos automáticos de toma de datos han sufrido a
veces desperfectos. Lo que Bromwich y sus colegas han hecho es reconstruir toda
la serie de medidas de temperaturas del aire cerca de la superficie en la zona
completando la información mediante interpolación de datos con registros de
otras estaciones.
“Hay claras pruebas de que la capa helada de la Antártida
occidental está contribuyendo a la subida del nivel del mar; sin embargo, los
cambios en la temperatura en décadas recientes siguen padeciendo
incertidumbres”, escriben los investigadores en Nature
Geoscience,presentando el problema. Aclaran que la región
probablemente se ha calentado desde 1950, “pero no hay acuerdo [entre los
especialistas] acerca de la magnitud, la estacionalidad y el alcance espacial
de ese calentamiento”. Su conclusión, tras la investigación, es que la zona
está sufriendo efectivamente un aumento de la temperatura que es significativa
durante el verano austral, particularmente en diciembre y enero, la temporada
de máximo deshielo.
La zona estaba bajo sospecha de los expertos de clima ya que allí,
en la costa del mar de Amundsen se ha venido registrando un incremento de la
pérdida de hielo en el mar en los últimos años, debido al adelgazamiento y
fusión de la capa helada que desencadena el aumento de la temperatura del agua.
Pero había dudas acerca de la temperatura del aire. La cuestión que Bromwich y
sus colegas se preguntan es si la Antártica Occidental está a punto de
parecerse a Groenlandia, en cuanto a deshielo se refiere. “Es el calentamiento
máximo registrado en 2005 una manifestación de esa transición?”, plantean.
Por ahora, los datos de estos expertos muestran que entre 1958 y
2010 se ha producido allí en aquella región un calentamiento de 0,47 grados
centígrados por década, acumulando un incremento de 2,44 grados en 52 años.
Además, llaman la atención sobre la necesidad de tener en la zona una buena red
para hacer observaciones meteorológicas a largo plazo.
Alicia Rivera. 24 dic. El País.
Termostato del planeta
Las regiones polares del planeta son
como un termostato global que regula el sistema climático de la Tierra, explica
el Servicio Antártico Británico (BAS, en sus siglas en inglés). Las superficies
heladas ayudan a enfriar la atmósfera al reflejar radiación solar hacia el
espacio y la oscuridad de los océanos la absorben; las aguas heladas son clave
en el sistema de corrientes oceánicas que distribuyen el calor por todo el
planeta y el océano austral que rodea el continente blanco es un sumidero
natural del dióxido de carbono.
“La mayor parte de las series largas de
medidas de las estaciones de investigación en la Antártida muestran que no hay
una tendencia significativa ni al calentamiento ni al enfriamiento y las
temperaturas en la mayor parte del continente [antártico] han sido
relativamente estables en las últimas décadas”, señalan los expertos del BAS.
Pero recalcan que la situación es totalmente diferente en la Península
Antártica, en cuya costa occidental las temperaturas han subido casi tres grados
centígrados en los últimos 50 años, “unas 10 veces la media global”, un
incremento solo igualado en Alaska y en Siberia. Y las aguas de la corriente
circumpolar antártica están calentándose más rápidamente el resto del océano
global, advierten. Ahora, la nueva investigación de David Bromwich y sus
colegas supone extender la zona de calentamiento especialmente alto a la
Antártida Occidental.