domingo, 23 de septiembre de 2012

viernes, 14 de septiembre de 2012

Una reforma ideológica



Una reforma ideológica
El Gobierno del PP considera el sistema educativo un foco de adoctrinamiento
  • Educación limita los contenidos que regulan las comunidades autónomas
  • La norma prevé “traslados forzosos” de docentes
El Gobierno presenta su reforma educativa en la línea de las propuestas que lanzó antes de verano. Aunque abrió una consulta en la web, no ha habido el debate que nos urgía, y en las conclusiones es fácil ver cómo el ministerio lleva el agua a su molino. En los últimos 30 años España ha tenido tres grandes reformas (LOGSE, LOCE y LOE), y cinco en 50 años. Mientras, los países referencia por sus resultados académicos han mantenido sus grandes leyes, y se han limitado a reformas parciales. Si en España fuésemos capaces de consensuar una ley no necesitaríamos estos golpes de timón con cada Gobierno.

La educación se asimila a ideología y las políticas educativas son políticas ideológicas, no solo en los grandes temas (religión contra ciudadanía...), sino en el currículum oculto (el determinismo social, el autoritarismo, la selección…). En realidad, más que reformas educativas son contrarreformas, hay que eliminar la herencia recibida, no importa que haya sido un intento de innovación, y además se hace sin probar su invalidez. En el sector eso genera desconcierto, desilusión, resignación y grandes acopios de paciencia.

Esta reforma responde a un modelo ideológico: recentralización, aceptar la educación diferenciada (para poder subvencionar a sus grupos de presión), eliminación de la educación de la ciudadanía y sustitución por una asignatura más afín a su ideología, la evaluación como medición, la desconfianza en el profesorado, una menor participación de los padres y madres, segregación temprana en la ESO, eliminación progresiva de la comprensividad, movilidad forzosa del profesorado (con lo que cuesta cohesionar un equipo docente)...

Este modelo defiende que el fracaso escolar se elimina con mano dura, considera la evaluación un instrumento de selección y no de mejora, quiere crear ciudadanos disciplinados que salgan bien en la foto PISA, persigue la empleabilidad y no se hace garante de una cultura y una educación para todos. Y todo ello se argumenta pero no se prueba, basta con pregonarlo.

Al Gobierno de Aznar se le quedó en el tintero y este no ha tardado en presentar su proyecto, pues considera el sistema educativo un foco de adoctrinamiento. Sin consenso ni debate, con una consulta mínima, lo peor del anteproyecto es que no construye la escuela del futuro, sino que recupera la mala escuela del pasado con alguna nueva idea interesante. A un Gobierno se le pide que anticipe el futuro. Este no es el caso, por supuesto.

Francisco Imbernón es catedrático de Pedagogía de la Universidad de Barcelona. Diario el país, 13 sept. 2012

lunes, 10 de septiembre de 2012

Material Tema 22.- Más sobre neandertales

Los yacimientos de Lozoya despejan numerosas incógnitas sobre los neandertales

 Arsuaga: "Usaron cuarzo en lugar de sílex. Una adaptación admirable"

 

El valle de Lozoya, en la sierra madrileña de Guadarrama, bien podría llamarse el valle de los neandertales, dice el paleontólogo Juan Luis Arsuaga. “Está protegido por dos cuerdas de montañas, rico en fauna, ecológicamente privilegiado e ideal para los neandertales, un buen cazadero para ellos”. No es una hipótesis: en los yacimientos de Pinilla del Valle, junto al pantano, se han encontrado ya nueve dientes de neandertal, restos de fogatas y miles de fósiles de animales, incluidos enormes uros (cada uno mide como dos toros), rinocerontes y gamos, entre otros.

Los neandertales son una especie humana conocida y desconocida a la vez. Conocida porque se han encontrado numerosos vestigios de su existencia en Europa hace entre 200.000 y 30.000 años. Desconocida por las muchas incógnitas que siguen emergiendo, incluida la primera: ¿por qué se extinguieron justo cuando hizo su aparición en el continente nuestra especie actual? Tampoco se sabe a ciencia cierta si eran capaces de hablar... ni si convivieron en el territorio compartido con el homo sapiens o las dos especies se ignoraron hasta que una, la nuestra, proliferó y la otra se perdió para siempre... Los científicos que se ocupan de los yacimientos de Pinilla del Valle pueden hacer aportaciones importantes para encontrar respuestas sobre la vida de los neandertales.

“En España hay una quincena de yacimientos de esa especie —en la Cordillera Cantábrica, Levante y Andalucía—, pero ninguno en la meseta, donde no hay formaciones de calizas y, por tanto, no hay cuevas adecuadas que pudieran preservar los vestigios humanos durante miles de años”, añade Arsuaga. Pero Pinilla del Valle es la excepción. “Aquí sí hay calizas. Era como una visera de piedra en la que los neandertales se cobijarían a preparar la caza, tallar herramientas, comer... no es que vivieran dentro, en el sentido de vivienda; ellos vagaban por el campo y esto sería más bien un campamento en el que refugiarse cuando lo necesitaban”.
“El yacimiento, con mucho potencial, se extiende unos 150 metros de distancia y ahora estamos trabajando en tres zonas: la cueva del Camino, el abrigo de Navalmaillo y la cueva Des-Cubierta, con tres rangos temporales distintos”, comenta Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional, de la Comunidad de Madrid. Y recalca el peculiar nombre, con guion, jugando con la idea de la cueva descubierta y a la vez con su descripción física: un alero rocoso que se desplomó dejando la superficie destapada.

Allí mismo los neandertales debieron colocar una niña muerta, de dos años y medio o tres, en el suelo del refugio; encima pusieron dos lascas de piedra y un asta de uro y prendieron fuego. Baquedano explica que han encontrado unos dientes de aquella criatura, que ellos llaman la niña, aunque no tienen datos científicos para determinar el sexo, detalles sobre el asta y un trozo de carbón que ha aparecido hace solo unos días y que les facilitará una datación exacta. “Los enterramientos completos, con una estructura clara que permita reconstruir comportamientos, son muy raros en el mundo”, comenta el catedrático Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca.

Junto a él, Baquedano muestra el punto donde han encontrado el carbón de aquella hoguera, tal vez ritual, que se podrá datar por la técnica del carbono 14. “Tenemos la convicción de que es una deposición intencionada del cuerpo de la niña; tal vez en los yacimientos de neandertales había más enterramientos y no se han reconocido como tales”, sugiere el director del museo. Lo cierto es que los neandertales cuidaban de alguna manera de sus muertos. Se han encontrado rastros en Francia e Israel.

En el valle madrileño, arqueólogos y paleontólogos se afanan a medida que pasan los días. Un total de 70 personas en tres yacimientos escarban los sedimentos con punzones y pinceles; se abren camino en la roca con taladradoras; lavan kilos y kilos de tierra extraída para que no se escape ni una minúscula pieza interesante... y se documenta cada centímetro excavado. Llevan ya una década haciendo este trabajo científico cada verano, “durante 40 días en dos turnos”, explica César Laplana, del museo regional.

Los nueve dientes de neandertal ya descubiertos tienen entre 60.000 y 90.000 años y varios han aparecido en lo que debieron ser madrigueras de hienas, que devorarían y triturarían los cuerpos. “Los dientes son el tejido orgánico más resistente, se conservan mejor que el resto del esqueleto y dan mucha información: dieta, enfermedades, paso o de niño a adulto...”, continúa Laplana.

“Los neandertales vivieron tanto en el periodo interglacial como en el glacial”, explica Arsuaga. Tras un periodo de glaciación en que media Europa sería como Groenlandia hoy, empezó, hace unos 130.000 años, el período interglacial, con un clima que llegó a ser más cálido que el actual, hasta hace 85.000 años, cuando comenzó la última glaciación, que terminó hace 11.500 años. En las excavaciones de Pinilla correspondientes al interglacial aparecen muchos restos de gamos, un cérvido muy mediterráneo; tortugas; puercoespines y osos pardos, en lugar de osos cavernarios, como en la época glacial.
En la cueva Des-Cubierta, Javier Somoza, estudiante de la Universidad de Salamanca, se acerca a Baquedano y le enseña una pieza envuelta en un papel blanco: es una herramienta que acaba de extraer. “Sí, me he emocionado mucho”, dice Somoza. Es una pieza de cuarzo rosado.

Se han encontrado ya miles de herramientas de piedra. “La mejor piedra para tallas es el sílex, pero en esta zona no hay. Así que tuvieron que apañarse. Adaptaron su técnica de talla —musteriense— a lo que tenían, que es cuarzo. Es peor, pero sirve y significa toda una adaptación tecnológica admirable”. ¿Y para cazar? “Lanzas de madera con punta endurecida al fuego”. “Aquí, en este valle de yacimientos tan ricos, podemos averiguar muchas cosas sobre los neandertales, su vida y su muerte, su medio, su clima, su tecnología, su economía... Solo es cuestión de tiempo”, concluye el arqueólogo.



Alicia Rivera. El País.

Carne de caza y bellotas en el menú

 Los neandertales eran soberbios cazadores que se atrevían con rinocerontes, uros, caballos.... “Eran carnívoros. Y tenemos que investigar el componente vegetal de su dieta”, sugiere Arsuaga, señalando que en Europa en el territorio de los neandertales solo hay frutos disponibles para comer a finales de verano y otoño. Por eso no hay apenas monos, excepto macacos, que son pequeños, precisan pocas calorías y comen hojas. “Los ecosistemas en Europa son estacionales porque el clima es estacional y, en período de glaciación la situación es aún más extrema. Los neandertales tuvieron que ser carnívoros”, añade el paleontólogo.

Los homínidos primitivos, como el resto de los primates, vivieron en África, en el bosque tropical y subtropical, cuyos ecosistemas proporcionan alimento constante todo el año, argumenta Arsuaga, quien concluye: “Hubo que aprender a cazar para salir del trópico y extenderse por Eurasia, por eso tardaron tanto los homínidos en lograr desligarse de los ecosistemas tropicales”.

Los neandertales, que son ya muy avanzados en comparación con los australopitecos africanos —que comían raíces, frutas o, en todo caso, carroña—, practicaban caza mayor. Pero para vivir de esas capturas hace falta dominar un salto tecnológico muy importante que es hacerse herramientas para cortar y preparar las presas. “Un uro o un rinoceronte no los puedes comer a mordiscos, con la piel tan gruesa que tienen; hace falta cortar y trocear las piezas. No solo eran unos expertos cazadores; también dominaban la fabricación de piedras de filo para desgarrar y raederas para el cuero y la madera”, apunta Enrique Baquedano. “En estos yacimientos de Pinilla del Valle hemos encontrado miles de herramientas de piedra”, añade.

Pero los neandertales comieron algún tipo de vegetales. Arsuaga explica que una investigadora ha descubierto que el sarro de los dientes conserva almidón vegetal y así ha podido identificar las plantas que comían los individuos prehistóricos. “Los neandertales de Bélgica, en la época glacial, según indican los fósiles, comían raíces de junco, y los de Irak, dátiles. Estoy convencido de que los nuestros comían bellotas”, comenta.

 

domingo, 9 de septiembre de 2012

Pensar el siglo XX -- Editorial Taurus.





Pensar el siglo XX --  Editorial Taurus. 


La obra póstuma de Tony Judt es un libro construido a partir de su conversación con el historiador Timothy Snyder, que le visitó cada semana en su casa de Nueva York y asistió con tristeza al desmoronamiento físico que le causó la esclerosis lateral amiotrófica. No es solo un libro de historia, también es un tratado de ética y la biografía de uno de los historiadores más notables del siglo XX.


Biografía Tony Judt (Londres, 2 de enero de 1948 - Nueva York, 6 de agosto de 2010).

Fue un historiador, escritor y profesor británico. Especializado en Europa, fue director del Erich Maria Remarque Institute en la Universidad de Nueva York. Fue colaborador habitual de la revista New York Review of Books.


Al igual que muchos otros padres judíos viviendo en la Europa de la posguerra, su madre y padre eran seculares, pero lo mandaron a la escuela hebrea, donde pudo empaparse en la cultura yidis. Ayudó a promover la migración de los judíos británicos a Israel. En 1966, tras haber ganado una exposición en el King’s College de Cambridge, tomó un año sabático y se fue a trabajar en el kibutz Machanaim. Cuando Nasser expulsó a las tropas de la ONU en el Sinaí en 1967, e Israel se movilizó para la guerra, como muchos judíos europeos, se ofreció a sustituir a los miembros del kibutz, que habían sido llamados a filas.

Durante y después de la Guerra de los Seis Días, trabajó como conductor y traductor para las Fuerzas de Defensa de Israel.

Luego de la guerra, comenzó a pensar que la empresa sionista comenzaba a desmoronarse
El 4 de octubre de 2006, Judt tenía programado un discurso en el consulado polaco en Nueva York, el cual fue cancelado. Según el periódico The New York Sun: «la aparición en el consulado polaco fue cancelada después de que el gobierno polaco decidió que las opiniones del Sr. Judt sobre Israel no eran compatibles con las relaciones de amistad entre Polonia y el Estado judío»
En 2008, a Judt se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica. A partir de octubre de 2009, quedó paralizado desde el cuello hacia abajo.
  
LA OBRA
El siglo XX se erige como la edad de las ideas, un tiempo en el que, para bien o para mal, el pensamiento de unos pocos se impuso sobre las vidas de muchos. De una claridad y lucidez sin precedentes, el último libro de Tony Judt, uno de los más incisivos historiadores contemporáneos, está destinado a convertirse en un clásico del pensamiento moderno.
Pensar el siglo XX es a la vez un libro de historia, una biografía y un tratado de ética. Es una historia de las ideas políticas modernas en Occidente. Pero es también la biografía intelectual de Judt, nacido en Londres justo después del cataclismo que supusieron la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, cuando el comunismo afianzaba su poder en Europa del Este.
La excepcional naturaleza de esta obra se revela en su propia estructura: una serie de conversaciones íntimas con su amigo el historiador Timothy Snyder en las que Judt, con asombrosa elocuencia y erudición, rescata a los pensadores que han dado forma al mundo en que vivimos, presentando sus triunfos y fracasos.
Es, por último, una reflexión sobre la necesidad de la perspectiva histórica y de las consideraciones morales en la transformación de nuestra sociedad. Al recuperar lo mejor de la vida intelectual del siglo XX, abre el camino a una moral para el siglo XXI. Este es un libro sobre el pasado pero es también un libro sobre la clase de futuro al que deberíamos aspirar.

OPINIONES

  «El último libro de Tony Judt es una admirable valoración de los intelectuales y de la política del siglo pasado. [...] De una elocuencia brillante, y aparentemente recordando cada uno de los libros que han leído, los dos historiadores encuentran siempre algo destacado y original que decir sobre casi todo.» The Guardian Publishers Weekly 

«La capacidad de Judt para destilar grandes cantidades de erudición en una conversación lúcida, concisa e incluso con la ayuda de un aparato de respiración, es sorprendente.» Publishers Weekly


«El pasado sigue siendo el motor de sus pensamientos. La memoria era lo único certero en Tony, y él se aferró a ella como un salvavidas. Era lo que la enfermedad no podía quitarle. […] Por eso Pensar el siglo xx es una trabajo de memoria, no tanto de historia, incluso siendo el siglo xx su tema central. No es como sus otros libros, que dependían de grandes cantidades de notas, referencias y datos.» New York Review of Books

«Hay mucho material sesudo en este libro, pero usted nunca tendrá que leer una frase dos veces. En mi caso, subrayé muchas de ellas. Judt tenía, en abundancia, la virtud del escepticismo, de la apertura de mente, y la capacidad de prestar atención sostenida a —y a través de— diversos campos de estudio, con una tolerancia a la complejidad y (¡cómo le envidio esto sobre todo!) la habilidad de recordar con todo detalle lo que ha leído.» The Spectator

«En parte autobiografía, en parte cascada de ideas, en parte crítica de nuestra actual manera de vivir, aprender y trabajar, Pensar el siglo xx causa un tremendo impacto. Si su inteligencia formidable, su erudición (obtuvo el doctorado en historia social a los 24) y su cosmopolitismo (además de su nativo inglés, sabía francés, hebreo, alemán y checo) son extraordinarios, ¿cómo se puede describir el valor y el ingenio que le permitió, mientras sufría una devastadora esclerosis amiotrófica, componer un libro de memorias (El refugio de la memoria), una apasionada defensa de valores (Algo va mal) y este libro que ahora recomendamos?» The Globe and Mail

«El legado de un verdadero gran pensador.» Evening Standard

«Uno obra sin duda interesante, pero además necesaria en estos tiempos en los que si algo necesita el lector, el ciudadano inquieto, es reflexión, interpretación y respuestas. […] Judt consigue […] estimular al lector la capacidad de seguir el hilo de la Historia. […] Resulta estimulante seguir a Just y Snyder en este viaje […] un esclarecedor mosaico que ofrece distancia, la distancia necesaria para comprender.» El Mundo

«Gracias a esta iniciativa, que partió de Snyder, Judt, el gran historia del siglo xx y uno de los más destacados intelectuales contemporáneos, nos deja un libro póstumo que no sólo puede considerarse un magnífico epílogo a su obra, por su lucidez y originalidad, está destinado a convertirse en referente del pensamiento sobre la pasada centuria. […] El libro aporta una visión amena y original del siglo pasado.» ABC Cultural

«[…] en su brillante epílogo incluye, además de una interesante reflexión sobre la centuria pasada, alguna que otra pauta moral para el futuro.» La Nueva España

«Si uno quisiera recomendar un libro que resumiera y analizara críticamente las principales ideas políticas del siglo xx y que fuera al mismo tiempo una apasionante biografía de un intelectual formado a ambos lados del Atlántico, la elección caería sin duda sobre el titulado Pensar el siglo xx, obra póstuma del británico Tony Judt Faro de Vigo

«Si uno quisiera recomendar un libro que resumiera y analizara críticamente las principales ideas políticas del siglo XX y que fuera al mismo tiempo una apasionante biografía de un intelectual formado a ambos lados del Atlántico, la elección caería sin duda sobre el titulado Pensar el siglo xx, obra póstuma del británico Tony Judt.» Levant

«Pensar el siglo xx es un excelente ensayo de Tony Judt que afronta el análisis de la pasada centuria desde el punto de vista del pensamiento y no de una manera casual sino atendiendo al fenómeno singular.» La Razón
 

Frases o chistes del día

Paulo Coelho

Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.